Recuerdo aún cuando mis padres y abuelos me recomendaban muchas cosas, sobre lo que me vendría bien para mi vida, para estar bien con mis hermanos, como comportarme en el colegio con el fin de no tener problemas, etc. Posteriormente llego la edad del colegio y allí fueron los profesores los que guiaron mis pasos y me dieron algunas ideas sobre lo que me vendría bien para la vida terminada la etapa escolar.
Posteriormente en la universidad, no solo me entregaron un valioso conocimiento sobre la carrera que decidí estudiar (psicología), si no que también vino bien algunas recomendaciones. Paralelo a ello, y a lo largo de la vida, inserta en una familia Católica por supuesto recibí ideas sobre lo bueno o malo, aceptable o inaceptable, que Dios esperaba de mi.
Crecí y por supuesto todo este maremoto de información entregada con amor, con paciencia o sin ella, con convencimiento sobre lo que es mejor, se quedo conmigo por un largo tiempo, creando una historia personal y particular, hasta que llego el momento de revisar, todo aquello, no como una gran idea personal, sino como una exigencia de la propia existencia.
En algún momento de la vida me di cuenta que existían en mi contradicciones emocionales, de pensamientos y de actuar, no lograba hacerlas encajar y lograr bienestar. Así que atendiendo a esto, y fiel a aquello para lo cual me había preparado, me senté frente a un gran terapeuta Español a quien considero hoy mi maestro y me permití reconsiderar varias ideas, comportamientos, creencias, etc. Y adivinen que FUNCIONOO!.
Hoy como profesional, no solo puedo comprender desde la ciencia y los conocimientos recibidos lo que podría estar viviendo una persona al buscar ayuda en sus conflictos, sino que a nivel personal lo he sentido, sé lo incomodo que puede ser tener que confiar en alguien y mostrar tu historia para encontrar salidas, como también descubrí lo enriquecedor que es encontrar ese profesional o persona que te permite hacerlo sin aumentar la ansiedad por el riesgo del juicio o la desaprobación.
La Psicología del Siglo XXI, no permite profesionales robot, que reciten una lista de síntomas que conduzcan a una etiqueta, que hablen en lenguajes de juicio, o determinismo. Esa ya paso (Gracias a Dios). La Psicología de nuestro siglo, ha humanizado la profesión, la ha sacado de los experimentos con ratones y la ha puesto al servicio de la humanidad.
Todos tenemos historia o mejor aún somos MUCHAS HISTORIAS, y día día creamos muchas otras. Sin embargo a veces nos convencemos o nos convencen de que somos UNA SOLA HISTORIA, la imagen que alguien ha hecho de nosotros o que nosotros mismos hemos configurado. ¿Pero y si puedo escribir nuevas historias, sino soy una única historia?...Seguro podría leer en el futuro mejores y satisfactorias experiencias sobre quien soy y que puedo llegar a hacer
Les dejo este enlace .http://youtu.be/4gH5oB1CMYM ."EL PELIGRO DE UNA SOLA HISTORIA"..espero sea tan revelador para ustedes como lo fue para mi.
